Leemos para soñar despiertos,
para estar solos... o quizá no tanto.
Para abrir ventanas en los días grises
y dejar que las palabras nos abracen.
Un libro cabe en un bolsillo,
pero guarda mundos enteros.
Nos viste de otros, nos desnuda a nosotros,
nos da alas, raíces y espejos.
Leemos para encontrarnos
y, a veces, para escondernos;
para saltar de letra en letra,
como si fueran charcos.
Un libro es un refugio sin llave,
una pregunta que no asusta,
una voz que nos nombra
cuando nadie más lo hace.
Leemos también porque sí.
Porque en cada página
hay un camino que comienza
y un corazón latiendo.
Hoy celebramos los libros,
porque en sus historias
siempre hay lugar para todos.
Porque sin ellos, el mundo
sería más pequeño y menos libre.
0 comentarios:
Publicar un comentario