No podemos parar la guerra, pero sí educar para la paz.
No podemos parar la guerra, pero sí alzar la voz contra la injusticia.
No podemos parar la guerra, pero sí mantener una actitud solidaria y fraterna.
Por eso, en el día de hoy, hemos guardado un minuto de silencio cogidos de la mano para lanzar un mensaje de esperanza al mundo y decir bien alto: ¡NO A LA GUERRA! Ni en Ucrania, ni en tantos otros países con conflictos donde niños, niñas y mayores sufren el sinsentido de la violencia, el dolor de las bombas y el horror de la barbarie.
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